divendres, 21 de març del 2008

Vampire Weekend. El pop se acerca a África

Es en nuevo grupo del que todo el mundo habla, cuatro chicos de Nueva York que juntando influencias africanas con indie pop han facturado el que algunos dicen es el mejor disco de lo que va de año. Y aunque tampoco hay para tanto, sin duda sus canciones suenan bien y son una bocanada de aire fresco a lo que hasta ahora era la tendencia dentro del panorama indie. Sin embargo no son los únicos que han decidido condimentar sus canciones con ritmos africanos. Foals, Franz Ferdinand, U2, Yeasayer o Suburban Kids with Biblical Names también se han visto atrapados por el continente negro.

Hay varias maneras maneras de acercarse a una obra cultural, se puede ir directamente o a través de un filtro. Con la música africana pasa un poco eso, a mucha gente se le atraganta escuchar música auténtica de allí. Sin embargo si se la sirves en píldoras de canción pop con estribillos pegadizos y cuidados arreglos la cosa cambia. Eso es lo que han hecho Vampire Weekend: cogemos unos ritmos del Congo y unas percusiones de Zimbawe y lo mezclamos con letras -amor, chicas y alguna referencia a Àfrica- y estructuras típicamente pop. En realidad no han inventado nada, ya anteriormente los Talking Heads o Paul Simon (en su álbum Graceland) habían dotado a su música de aires africanos. La novedad es que ahora este particular afro-pop viene de un entorno indie, neoyorquino, y por lo tanto cool.

Los Vampire Weekend empezaron a darse a conocer por internet, y como muchas otras bandas, pronto recibieron la atención de blogs y páginas especializadas. La difusión de sus maquetas por myspace y similares cosechó una legión de seguidores que, meses antes del lanzamiento del álbum, ya conocían sus canciones al dedillo. El tema "Cape Cod Kwassa Kwassa" se coló en la lista de las 100 mejores canciones de 2007 según el Rolling Stone (en el puesto 67 concretamente) y fueron nombrados mejor nueva banda del año según la revista Spin. Su disco homónimo, que salió el 29 de enero, vendió 27,000 copias en la primera semana y se colocó en el número 17 del Billboard. Sin duda a estos chicos les ha funcionado el invento, sin embargo no son los únicos que ha decidido probar suerte con esta mezcla de referencias africanas y occidentales.

De Nueva York también aunque menos conocidos son Yeasayer, banda que en su debut (All Hour Cymbals, We Are Free, 2008) mezcla influencias africanas y de otras partes del mundo con algo de rock psicodélico. A ratos recuerdan a TV On The Radio, aunque con un toque más world music. Ellos, al igual que Vampire Weekend -que han bautizado su estilo como Upper West Side Soweto- se han creado una etiqueta propia para definir su sonido, lo llaman Eastern-psych-snap-gospel. Más accesibles y bailables suenan Foals, el último hype inglés. Este combo de Oxford debuta este mes con Antidotes (Transgressive Records, 2008), aunque sus singles ya hace tiempo que suenan por los clubs más indies. Su estilo es más cercano al dance-punk de Bloc Party, aunque también juegan con el math rock y el highlife (un estilo originario de Ghana). Al igual que Vampire Weekend, podremos verlos en directo en el festival Primavera Sound, que se celebra entre el 29 y el 31 de mayo en el Parc del Fòrum de Barcelona.


Damon Albarn, adelantando la tendencia
Antes que a estos jovenzuelos les diera por lo africano, Damon Albarn ya había grabado un disco en Mali. El que fuera líder de Blur visitó el país en el 2000 para dar apoyo a una campaña de Oxfam y quedó tan encantado con la música de allí que acabó grabando un disco con músicos del país. El álbum, titulado Mali Music salió en 2002 y no tuvo mucha repercusión; aún no había llegado el momento en que lo africano fuera trendy. Fue quizás Jarmusch el que le dió ese nuevo status unos años más tarde al incluir en la banda sonora de la excelente Broken Flowers (2005) varias canciones de The Ethiopiques, una serie de recopilatorios que incluyen música de bandas de Etiopía y Eritrea de los 60 y 70 que últimamente han ganado notoriedad. Al parecer Jarmusch se enamoró de la música de Mulatu Astatke (el volumen 4 de The Ethiopiques está casi enteramente dedicado a él) seis años antes de realizar la película y se propuso escribir un guión dónde las canciones del que se considera padre del jazz etíope pudieran encajar.

Pero ahí no acaba la cosa. El creador de la banda virtual Gorillaz no tuvo bastante con su visita a Mali y el pasado año se sacó de la manga el proyecto The Good, The Bad and The Queen, un disco conceptual que grabó con nombres de la talla de Paul Simonon (ex-The Clash), Simon Tong (ex-The verve) y el nigeriano Tony Allen, ni más ni menos que uno de los padres del afrobeat. Allen, que a sus años 68 años sigue en plena forma, fue el el batería de Africa 70, la mítica banda del nigeriano Fela Kuti, personaje clave en la música africana al ser pionero en mezclar música yoruba y highlife con jazz, funk y voces y percusión africana. El término afrobeat lo acuñó él mismo y la repercusión de este particular estilo mestizo llega hasta nuestros días. El bajista de Vampire Weekend lo corrobora: "El primer disco africano que compré fue Expensive Shit, de Fela Kuti. En nuestros inicios, Ezra, el cantante, era adicto a una recopilación de música de Madagascar: Madagasikara vol. 2. Y antes, a Rostam, el teclista, ya le encantaba Brenda Fassie, de Sudáfrica. Por su parte, Chistopher, el batería, colecciona discos de toda África."

La manera pues, de acercarse a lo tribal de estos cuatro estudiantes de la Universidad de Columbia -aséptica, acomodada- dista mucho de la de Albarn. Quien quiere tragarse el polvo y las miserias del continente más desfavorecido del planeta pudiendo escuchar su música tranquilamente en tu piso de Nueva York. Algo similar debe pensar Johan Hedberg, la mitad de Suburban Kids With Biblical Names, otro grupo, esta vez sueco, que mezcla su tweepop de aires sesenteros con ritmos highlife. Sin embargo, matiza Hedberg, la influencia del highlife en sus composiciones no viene tanto de los recopilatorios que él mismo tiene del genero como de sus adorados Orange Juice, banda escocesa de post-punk que ya a principios de los 80 -Zeke Manyika, su batería, era originario de Zimbawe- incorporó ritmos africanos a su música. "Nos gusta la idea de la música africana y los ritmos, pero no somos una banda de highlife", dice Hedberg, "La música suena bien porque es energética, y no es rock. Yo creo que hacemos nuestra propia interpretación, basada más en la emoción que en el sonido, pero es sólo una de las muchas influencias que tenemos". Suburban Kids With Biblical Names estaran presentando su nuevo EP #4 en varias ciudades españolas durante el mes de abril (el 12 de abril en la [2] de Barcelona) y tiene previsto sacar nuevo disco para otoño.


Lo nuevo de Franz Ferdinand y U2

Otros que también se han dejado imbuir por los sonidos de África y que, al igual que Belle & Sebastian citan como influencia a Orange Juice son Franz Ferdinand. Los de Glasgow, que tienen el difícil reto de convencer con su tercer disco, actuaron recientemente en el Africa Express, un festival que inició Albarn hace unos años como respuesta a la escasez de artistas africanos en el Live 8, el macrofestival de Bob Geldof que presuntamente debía ser un foro de encuentro entre músicos africanos y occidentales. El Africa Express, que empezó como algo pequeño y familiar se convirtió el año pasado en una superjam de cinco horas en el conocido festival de Glastonbury. Para la edición de este año el evento contó con las actuaciones de, entre otros, Hard-Fi, The Magic Numbers o Get Cape. Wear Cape. Fly. entre los ingleses, y Baaba Maal, Bassekou Kouyate o Souad Massi entre los africanos. La banda de Kapranos por su parte, aprovechó para presentar uno de los nuevos temas que se incluirán en su nuevo álbum (previsto para octubre), que según McCarthy, el guitarrista del grupo, vendrá cargado de influencias africanas. Al parecer los componentes de Franz Ferdinand, han estado escuchando mucho afrobeat últimamente, y han declarado que les encantaría colaborar con Tony Allen.

U2 no han dicho si les gustaría trabajar con el nigeriano, pero uno de sus productores, Brian Eno, habla de él como uno de los mejores baterías que ha habido nunca. La banda de Bono se encuentra actualmente trabajando en el sur de Francia y según comenta su líder sus nuevas composiciones también vienen cargadas de sabor africano. Al parecer el grupo empezó a idear el nuevo disco durante un viaje a Marruecos que hicieron el año pasado con Anton Corbjin (realizador de muchos de los vídeos de la banda) y los productores Brian Eno y Daniel Lanois. Allí se dedicaron a grabar durante el día y a perderse por las callejuelas de la medina por la noche. Dice Bono que se maravilló de las habilidades de los cantantes de sufi (música religiosa marroquí) y que el nuevo álbum no se parece a nada que hayan hecho antes ni ellos ni nadie.

Parece ser pues, que entre unos y otros tendremos ritmos tribales para rato. Decía Fela Kuti en 1992 sobre el futuro de la música africana: “Se extenderá por todo el mundo pero se tomará su tiempo... Los dioses no quieren que esta música se dé a conocer en la escena internacional como una moda sino como un episodio cultural importante”. Y lo cierto es que sí, África es tendencia, aunque sea de una manera descafeinada, limpia, lista para ser consumida por la generación myspace. Lo que no está tan claro es si esto va a quedarse en producto de temporada o realmente la música africana va tener un peso específico dentro de la cultura popular occidental. Veremos quien se acuerda en septiembre de los vampiros.

Diari de Tarragona - Encuentros, 29 de marzo de 2008

dijous, 6 de març del 2008

Sleeveface




















































La primera es mía, la segunda es de Sleeveface, una web bien chula de gente que se hace fotos con portadas de vinilos.

dissabte, 1 de març del 2008

Un día gris

En el caribe no siempre brilla el sol y ayer fue un día gris paparapá y estuve pensando en volver, pensando en volver y escuchando Aventuras de Kirlian, que son muy de lluvia y de domingos.



El vídeo es otro trayecto musical que grabé en el coche de Raúl un día volviendo de Tarragona.