diumenge, 20 d’abril del 2008

Te he grabado una cinta













1.
Dean Wareham, del grupo Galaxie 500, declara que “hacer una cinta recopilatoria lleva tiempo. Ese tiempo empleado implica una relación emocional con el receptor; puede ser irse a la cama juntos, o compartir ideas”. “La cinta recopilatoria es una lista de citas o, de hecho, una forma poética. Un poema hecho de frases de otros poemas”, dice el crítico Matias Viegener. La cineasta Allison Anders comenta: “Es realmente una ventana hacia el alma de alguien y un gran humanizador”. Que se me caen las lágrimas, madre.
Personalmente debo decirles que nunca he dejado de grabar cintas, y que todos esos señores están en lo cierto. “Ninguna cinta recopilatoria es accidental”, explica Viegener, clavando el dardo en la diana. Una cinta recopilatoria es una forma de arte cut-up, que mezcla sonidos ordenados al gusto del hacedor para conseguir una forma final que anteriormente no existía; toda cinta es única. Arte puro al alcance de su mano. El gran ecualizador “hazlo-tú-mismo” a precio de risa: 1 euro las TDK o Sony en cualquier Todo a 100. Pero, además, una cinta recopilatoria es un mensaje, una carta. Las mías siempre han querido decir una de dos cosas: (a) Me cae usted muy bien, o ocasionalmente (b) Quiero yacer con muller.
Las cintas dicen mucho del que las hace, sí; en el fondo, no dejan de ser una forma de exponer el propio ego. El obsesivo Jonathan Lethem decía en The disappointment artist: “Deja de decir que me quieres porque si no te gusta esa película, no me quieres. Porque (...) esa película soy yo”. De modo parecido, las cassettes recopilatorias intentan –aparte de seducir o homenajear al receptor- explicar al que las hace. Cuando recibimos una mix tape, lo que ésta nos está diciendo es: “Así soy yo, ahora. Estas canciones me explican”. En ese sentido, las cintas operan también como carta fechada, como mapa de vuelo caduco para un determinado momento de nuestra vida. Un orden, un mensaje, que no funcionaría igual unos meses o años más tarde. Y además, para satisfacción de los stalinistas del pop como el arriba firmante, la dificultad que implica utilizar el botón de fast forward provoca que la cinta se escuche entera. El receptor aprende, el hacedor sonríe satisfecho y, al final, todo el mundo está contento, ¿ven?

Kiko Amat en el Cultura/S de La Vanguardia del día 8 de marzo del 2006


2.
A partir de ahora, y siempre que me venga en gana, presentaré una cinta recopilatoria temática todos los domingos a eso de las 21 en Radiocassette, en IB3 Radio. Se puede escuchar online.

6 comentaris:

Cientificotriste ha dit...

Me han gustado mucho las entradas papa. Esta la que más!
Te quiero.

Anònim ha dit...

Fina artesanía de corazón a corazón. Sería imposible vivir sin música.

Anònim ha dit...

Hola,
He esuchado el programa y he pensado en una canción con nombre de chico que se llama "rimbaud, rimbaud de la noche". es de un grupo sueco,
a ver si te gusta.

aubia una vez... ha dit...

ei nen!

mira't aquesta web:

www.muxtape.com

Leticia Barbadillo ha dit...

sin noticias de dios, sigo.
que conste que es por pereza y no por despecho que no te contesto a los mails. y así.

andrea ha dit...

It's easier to smile.